La primera vez que tomé vino caliente fue en Würzburg, Alemania. Estaba en un congreso de esperantistas que se llamaba Internacia Semajno (semana internacional) y juntaba a jóvenes de toda Europa que querían pasar el año nuevo en buena compañía.
Cuando llegué a la recepción del evento me dieron mi acreditación y me preguntaron si quería zumo o vino caliente. Tenía las manos heladas, así que me arriesgué a probar el vino caliente. Y me enamoré.
Hay cosas que al imaginarlas no hacen justicia y el glühwein es una de ellas. Sus orígenes se remontan a la época de los romanos, que lo llamaban conditium paradoxum y lo dejaban fermentar durante un mes entero.
Actualmente se sigue preparando por toda Europa y, aunque en el sur no sea muy popular, en el norte y el este es una bebida que no puede faltar. En especial, cuando llega el frío y durante las Navidades; la época del año en la que empleamos en la mayoría de recetas las mismas especias que requiere esta bebida.
Si te gustan las especias y los tés especiados de la línea Yogui, este vino caliente te va a encantar. Si no bebes alcohol, no te preocupes, ya que también te ofrezco la versión sin en la sección A tener en cuenta. Espero que lo disfrutes.
- 1 botella de vino tinto de calidad media
- 50 gr. de azúcar moreno o edulcorante al gusto
- 2 hojas de laurel
- 6 clavos de olor
- 2 estrellas de anís
- 2 ramas de canela
- Nuez moscada rallada
- ½ limón (piel)
- 1/ naranja (piel)
- Pon todas las especias, las pieles de naranja y limón y el al azúcar en el fondo del recipiente que vas a utilizar.
- A fuego medio, introduce un poco de vino hasta que queden cubiertas y el azúcar se deshaga. El vino no tiene que hervir o perderás el alcohol.
- Incorpora el resto del vino y deja que se cocine sin hervir durante 30 minutos.
- Comprueba que el dulzor es el adecuado y sírvelo 🙂
A tener en cuenta:
No existe una receta oficial para preparar vino caliente. La que te presento en el post de hoy es una mezcla de algunas de ellas pero como siempre, te animo a que investigues y crees la tuya. Los ingredientes que nunca suelen faltar son la naranja, el limón, el clavo y la canela. El laurel lo usaban sobretodo los romanos pero en la actualidad se ha ideo perdiendo. Prueba con miel, vainas de vainilla y hasta cardamomo.
Si no tomas alcohol, te animo a que reproduzcas la receta reemplazando el vino por un zumo de naranja de calidad. Esos sí, como te puedes imaginar no hará falta que uses ningún edulcorante.
¿Has probado alguna vez el vino caliente?
¿Qué te ha parecido? ¡Cuéntamelo en la sección de comentarios! Y si lo preparaste en casa mándame una foto a anna@sanaysexy.com o etiquétame en Instagram con el hashtag #setuchef, me encantará ver cómo te ha quedado 🙂
Diana Garcés
19 Dic 2015Tiene una pinta estupenda, me lo apunto sin alcohol. Ahora bien, en Bogotá probé el vino caliente, pero el vino nunca me ha gustado, pero calientito sabía muy rico, tengo buenos recuerdos de la canela 🙂
Anna
21 Dic 2015¡Hola Diana!
Me alegro de que tengas buenos recuerdos de él. Soy una gran fan de los tés y las bebidas que se toman calentitas. Sobretodo en invierno.
¡Un abrazo!