Recuerdo que la primera vez que comí mantequilla de cacahuete estaba de picnic con mi familia. Nos sentamos en una mesa de madera al lado de unos alemanes, y mi padre sacó una paletilla de jamón. Empezó a cortar y les ofreció, así que ellos nos regalaron de su bote de mantequilla. ¡Estos picnics familiares después de un día de playa no tenían precio!
A pesar de ello, no fue hasta el año pasado que descubrí cómo hacerla en casa. Al darme cuenta de que no había complicación alguna en su preparación, empecé a añadirla en galletas, barritas energéticas… ¡y los resultados siempre fueron espectaculares!
¿Sabes? Su origen se remonta a las antiguas civilizaciones pre-colombianas, Mayas y Aztecas, que ya la elaboraban y usaban en su cocina como base de salsas.
Al prepararla sin estabilizantes, grasas vegetales ni azúcares (como nos la venden en los supermercados), conseguimos una mantequilla única y totalmente natural, con un extra de proteína vegetal de calidad. Cuesta de creer que sólo lleve un ingrediente: cacahuete. ¡Sígueme y te lo cuento!
- 400 gr. de cacahuetes sin sal (el resultado es el mismo si han sido tostados o no)
- Quita la cáscara de los cacahuetes y pélalos.
- Llena tu licuadora o procesador hasta un poco más de la mitad y tritúralos en tandas de 10 segundos. Ve desenganchando la pasta para que no se pegue a los bordes con una lengua, cuchara o tenedor. Sigue este método (10 segundos de trituración, pausa, desenganchar) hasta conseguir la textura deseada.
A tener en cuenta:
Si no tienes un procesador muy potente, el procedimiento te llevará 10 minutos. No te desesperes aunque te parezca que no la vas a conseguir, siempre sale.
Si perdieras la paciencia antes de tiempo, añade un poco de mantequilla pomada.
¿Con qué tomas la mantequilla de cacahuete?
Como ya te he dicho, mi #1 es en salsa de cacahuete para acompañar verduras o tofu a la plancha. Cuéntame cómo la tomas tú en la sección de comentarios y si la preparas en casa, no te olvides de etiquetarme en Instagram con el hashtag #setuchef.